México frente a la tragedia: memoria, solidaridad y prevención
- Bruno Israel
- 16 sept
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Actualizado: 18 sept
Por Bruno Israel

México es un país que, por su ubicación geográfica y contexto social, ha enfrentado algunas de las tragedias más dolorosas de su historia moderna. Desde desastres naturales hasta accidentes industriales, estos acontecimientos no solo han marcado a generaciones enteras, sino que también han transformado la manera en que los mexicanos conciben la prevención, la solidaridad y la protección civil.
El sismo de 1957: cuando cayó el Ángel
El 28 de julio de 1957, un sismo de 7.7 grados con epicentro en Guerrero sacudió fuertemente la Ciudad de México. La sacudida derrumbó la escultura del Ángel de la Independencia, uno de los monumentos más emblemáticos del país. El saldo fue de alrededor de 68 muertos y cientos de heridos, además de graves daños en edificios, la caída del Ángel quedó en la memoria colectiva como un símbolo del impacto de los desastres naturales en la capital.
San Juanico 1984: el infierno de gas licuado
El 19 de noviembre de 1984, la comunidad de San Juan Ixhuatepec (San Juanico), en Tlalnepantla, Estado de México, sufrió una de las peores explosiones industriales de América Latina. Una fuga en las instalaciones de gas de Pemex provocó una reacción en cadena que derivó en una serie de estallidos y enormes bolas de fuego. El saldo oficial fue de alrededor de 500 muertos, más de 2,000 heridos y miles de damnificados. El desastre marcó un antes y un después en la regulación del manejo de combustibles en zonas urbanas.
El terremoto de 1985: el despertar de la sociedad civil
El 19 de septiembre de 1985, un sismo de 8.1 grados sacudió a la Ciudad de México, según cifras oficiales, murieron 10,000 personas y más de 30,000 desaparecieron, aunque organismos civiles estiman que fueron muchos más. Miles de edificios colapsaron, entre ellos hospitales, escuelas y viviendas. La tragedia puso en evidencia la falta de preparación gubernamental, pero también dio origen a una fuerza ciudadana sin precedentes: el Grupo Topos de Tlatelolco, brigada de rescate que hasta hoy sigue activa en emergencias dentro y fuera del país.
Huracán Gilberto 1988: el huracán del siglo
En septiembre de 1988, el huracán Gilberto azotó la península de Yucatán con vientos de más de 300 km/h, devastando Cancún y afectando gravemente al noreste del país. Se le conoció como “el huracán del siglo”. El saldo en México fue de al menos 200 muertos y cuantiosas pérdidas económicas.
Explosión en Guadalajara 1992: la ciudad bajo tierra
El 22 de abril de 1992, una explosión en el sector Reforma de Guadalajara, Jalisco, devastó 8 kilómetros de calles y destruyó más de 1,600 viviendas. El siniestro se originó por una fuga de gasolina en el drenaje, acumulada durante días sin que las autoridades actuaran a tiempo. El saldo oficial fue de 206 muertos, 1,426 heridos y alrededor de 15,000 evacuados.
Huracán Paulina 1997: Acapulco bajo el agua
En octubre de 1997, el huracán Paulina impactó las costas de Guerrero y Oaxaca, con especial fuerza en Acapulco, La cifra final fue de más de 230 muertos y 400 desaparecidos a causa de deslaves e inundaciones. Fue un recordatorio de la vulnerabilidad de las zonas urbanas frente a fenómenos naturales.
Huracán Wilma 2005: el azote interminable
En octubre de 2005, el huracán Wilma paralizó Quintana Roo durante más de 60 horas, convirtiéndose en uno de los más largos y destructivos en tocar suelo mexicano. Murieron 8 personas en México. Su impacto en Cancún y la Riviera Maya provocó enormes económicas ascendieron a miles de millones de dólares y afectó al turismo internacional.
Explosión de pipa en Ecatepec 2013: el desastre de San Pedro Xalostoc
El 7 de mayo de 2013, en Ecatepec, Estado de México, una pipa con gas LP explotó tras un accidente en la autopista México-Pachuca, a la altura de San Pedro Xalostoc. El siniestro dejó un saldo de 27 muertos, más de 30 heridos, decenas de viviendas destruidas y vehículos. Fue uno de los accidentes carreteros más graves relacionados con transporte de combustibles en el país.
Explosión en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa (2015)
El 29 de enero de 2015, una pipa de gas de la empresa Gas Express Nieto explotó mientras abastecía al Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, al poniente de Ciudad de México. La explosión fue causada por la ruptura de una manguera que provocó una fuga de gas LP que se acumuló y detonó. El saldo fue de al menos 3 personas muertas —entre ellas un bebé— y alrededor de 66 a 73 heridos (entre adultos y recién nacidos), algunos con quemaduras de gravedad. El hospital sufrió daños estructurales severos, colapsando entre un 30 % y 40 % de sus instalaciones, incluyendo áreas críticas como cocina, partos y una guardería.
Huracán Patricia 2015: el más poderoso registrado
En octubre de 2015, el huracán Patricia alcanzó vientos de más de 325 km/h frente a las costas de Jalisco y Colima. Aunque se temía una catástrofe nacional, su impacto fue menor al esperado debido a que tocó tierra en zonas de baja densidad poblacional. Su saldo fue de 13 muertos y daños materiales severos. Aun así, quedó en la historia como el huracán más intenso del hemisferio occidental.
El sismo de 2017: memoria y resiliencia
Exactamente 32 años después del terremoto de 1985, el 19 de septiembre de 2017, un sismo de 7.1 grados sacudió el centro del país. Con epicentro en Puebla, dejó más de 360 muertos y más de 7,000 heridos, principalmente en la Ciudad de México, Morelos y Puebla. La tragedia reavivó las memorias del 85, pero también mostró avances: los protocolos de protección civil, los simulacros y la cultura de prevención salvaron miles de vidas.
Huracán Otis 2023: el impacto inesperado
En la madrugada del 25 de octubre de 2023, el huracán Otis sorprendió a Acapulco al intensificarse en pocas horas de tormenta tropical a categoría 5. Su impacto devastador dejó un saldo de 52 muertos confirmados, más de 60 desaparecidos y miles de damnificados, además de una destrucción sin precedentes en infraestructura turística y habitacional.

Explosión en La Concordia 2025: tragedia reciente en Iztapalapa
El 10 de septiembre de 2025, en el distribuidor vial La Concordia de Iztapalapa, Ciudad de México, una pipa de gas estalló provocando la muerte de varias personas y lesiones a decenas más, además de daños severos en inmuebles cercanos. La cifra final hasta el día de hoy es de 14 personas fallecidas, 69 Hospitalizados de los cuales ya se dieron de alta 30, Este hecho, aún fresco en la memoria colectiva, subraya la necesidad de reforzar la seguridad en el transporte de sustancias peligrosas dentro de zonas urbanas densamente pobladas.
México solidario: ayuda más allá de sus fronteras
A lo largo de estas décadas, México no solo ha enfrentado tragedias, también ha compartido su experiencia con otros países. Brigadas como los Topos y la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) con el Plan DN-III, han acudido a desastres en Haití, Turquía, Nepal y Estados Unidos. Esta vocación solidaria ha colocado al país como un referente en rescate y cooperación internacional.

Héroes de cuatro patas: los perros rescatistas
En cada sismo y desastre, México no solo ha contado con brigadistas humanos, sino también con la valentía de los perros rescatistas. Ejemplos como Frida, la labrador de la Marina que se convirtió en emblema tras el sismo de 2017, recordaron al mundo la nobleza y eficacia de estos animales entrenados para localizar sobrevivientes bajo los escombros. Junto a sus manejadores, estos héroes de cuatro patas han participado en misiones tanto en territorio nacional como en el extranjero, reforzando la imagen de México como un país solidario y comprometido en la atención de emergencias.

La importancia de los simulacros
Si algo han enseñado estas tragedias es que la prevención salva vidas. Los simulacros anuales, especialmente cada 19 de septiembre, buscan mantener viva la memoria de los sismos, huracanes e incendios y reforzar los protocolos de actuación.
Este 19 de septiembre de 2025, millones de mexicanos participarán en el Simulacro Nacional 2025, un ejercicio de protección civil que recuerda la vulnerabilidad del país ante los desastres, pero también la fuerza de la cultura de prevención.

Reflexión final
Las tragedias que han marcado a México no deben entenderse solo como heridas, sino como lecciones. Cada desastre reveló fragilidades, pero también despertó la fuerza solidaria de un pueblo que sabe levantarse una y otra vez. Hoy, la memoria, la prevención y la solidaridad son las armas más poderosas para enfrentar lo inesperado.
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